Una de las principales dificultades a la que se enfrentan los niñ@s con TDAH es lo complicado que resulta estudiar debido a la gran impulsividad que tienen o su facilidad para distraerse. Para tratar de enfrentarse a esta situación es importante conocer algunos trucos:
Reducir los elementos distractores
Mientras se hacen los deberes o se estudia es fundamental evitar objetos o acciones que puedan promover la pérdida de atención o concentración, como música, ruidos o dispositivos digitales que supongan una tentación.
Establecer objetivos concretos
Proponerse metas tangibles o subdividir la tarea puede facilitar a su realización y evitar divagar sobre su dificultad, cuanto tardaré en finalizarlo, etc.; esto es, da la sensación que es más sencilla y alcanzable.
Encontrar un lugar idóneo y tranquilo.
Los espacios que nos rodean afectan más de lo que pensamos a nuestras sensaciones. Tratar de evitar espacios con muchos puntos de luz y en los que se pueda perder fácilmente la atención (ventanas, objetos…) o causar mucho aburrimiento sólo dificultan la labor.
Realizar esquemas y apuntar ideas.
Será más sencillo recordar algo cuanto más lo repasemos y más estímulos nos haya generado. Por eso, llevar a cabo diferentes estrategias de estudio relacionadas con el repaso y la construcción de las ideas nos harán fácil recordarlo.
Crear rutinas para reducir el olvido.
Si establecemos pautas en la labor diaria de los más pequeños, inconscientemente hacemos más sencilla de repetir y recordar estas tareas, reduciendo la dificultad para recordarlo.
Conseguir orden
Tanto en los esquemas y deberes a realizar, como en los apuntes a estudiar, una visualización sencilla y limpia facilitará que los pequeños tengas más claras las ideas principales; por el contrario, relacionar de forma difusa muchos conceptos puede complicar la tarea y generar pérdida de interés por complejidad o incomprensión.